miércoles, 1 de octubre de 2014

Preocupación excesiva de por el bienestar de los demás

A menudo sentimos que nuestros seres queridos deberían estar mejor cuidados y creemos que nosotros somos responsables de su bienestar. Sobre todo esto pasa con los hijos cuando son pequeños o con nuestros padres cuando son demasiados viejos. Por supuesto es bastante correcto pensar así cuando las situaciones son estas, ya que a menudo, en ambos casos, tienen mas limitadas sus capacidades de autocuidado.

Lo malo es cuando a quien pretendemos cuidar, no tiene mermada esas capacidades y pretendemos "meternos en sus vidas" con toda nuestra buena intención. Cuando hacemos esto, muchas veces oiremos que nos llaman plastas, pesados, que ellos ya saben como han de hacer las cosas y que les dejemos en paz.
Veamos de que manera, las personas que se preocupan tanto por el bienestar de los demás actúan y porque los que los tienen que sufrir, los sufren de verdad.



Achicoria: pensando en el bienestar de los demás, siempre encuentran algo que enmendar. Corrigen todo aquello que les parece mal y disfrutan haciéndolo. Suelen ser posesivos y manipuladores, intentando hacerse imprescindibles, y su amor se ha transformado en un interés egoísta. Continuamente intentar hacer ver a los demás lo mucho que les ha dado, lo mucho que se ha preocupado por ellos y lo desagradecidos que son.



 
Verbena: Para los que tienen unos principios determinados y creen siempre tener la razón. Desean convertir a sus opiniones a los demás, pues ellos están absolutamente seguros de que es lo correcto. Tienen mucha fuerza de voluntad, son entusiastas y excitables cuando quieren dar los argumentos adecuados a aquellos que quieren "convertir", pero esto les causa muchas tensiones y mucho agotamiento y a veces depresiones. Son fanáticos e inflexibles, tanto que  menudo hay quien sabe aprovechar su fanatismos para conseguir ciertas ganancias.
 
 
Vid: Para los que creen que deben convencer a los demás de que hagan las cosas como las hacen.
ellos. Son persona muy capaces y con fe en el éxito. Consideran que si se hiciese las cosas a su manera todo iría mucho mejor. Les gusta dominar todas las situaciones y dar órdenes a los demás, y por supuesto piden obediencia ciega. Se sienten superiores a los demás, son de espíritu fuerte y generalmente no discuten sus opiniones con los demás, porque creen que no tienen nada que contrastar.
 
Haya: Para las personas que buscan los defectos en los demás. Tienen tal necesidad de ver todo lo bueno que les rodea, que se convierten en intolerantes y críticos hacia todo lo ajeno. Sus críticas suelen ser sobre aspectos superficiales. Generalmente les falta humildad y la posibilidad de pensar que cada uno ha recorrido un camino diferente según sus necesidades y oportunidades. Se une a personas afines, para poder criticar a los que son diferentes a ellos. Lo peor es que a veces incluso difaman de tal manera que pueden llegar a hacer mucho daño.
 
 
Agua de Roca: Para los que son muy estrictos consigo mismos y su forma de vida. Son personas que desean estar bien, ser fuertes y estar muy activos, y para ellos harán lo que sea necesario. También esperan ser ejemplo para los demás. Son tan perfeccionistas y autodisciplinados que no se permiten ninguna "alegría" que les pudiera impedir llegar a lo que quieren ser, olvidándose de disfrutar de la vida. No suelen ser despóticos ni ambicionan poder, que no sea el de domesticarse a si mismos.

 

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