jueves, 14 de agosto de 2014

Para los que sufren abatimiento y desesperación


Según la rae:

Ø  abatimiento.
  • Acción y efecto de abatir o abatirse
  • Humillación, afrenta o bajeza.
  • Postración física o moral de una persona.
  • Ángulo que forma la línea de la quilla con la dirección que realmente sigue la nave.
  • Persona o cosa afrentosa.
Ø  desaliento. (De desalentar).
  • Decaimiento del ánimo, desfallecimiento de las fuerzas.
Ø  desalentar.
  • Entorpecer la respiración, hacerla dificultosa por la fatiga o cansancio.
  • Quitar el ánimo, acobardar.
Ø  desesperación. (De desesperar).
  • Pérdida total de la esperanza.
  • Alteración extrema del ánimo causada por cólera, despecho o enojo.
  • Persona o cosa que provoca esas emociones.
Ø  desesperar
  1. desesperanzar.
  2. coloq. Impacientar, exasperar
  3. Despecharse, intentando quitarse la vida, o quitándosela en efecto.
Ø  desesperanzar
  • Quitar la esperanza.
  • Quedarse sin esperanza.

Son personas que han perdido la esperanza, los ánimos y las fuerzas psíquicas, mentales y emocionales de mejorar en algo su presente.

Por los motivos que sean, temor al fracaso, culpa, agotamiento o sensación de insuficiencia, estas personas han tirado la toalla y ni siquiera quieren pensar que haciendo un esfuerzo puedan cambiar aquello de la que sufren. Generalmente no buscan culpables en los demás sino que casi siempre piensan que son ellos los que ha fallado, por no estar preparados, por no haber controlado todo, por haber estado luchando mucho sin conseguir lo que perseguían,  o simplemente porque creen que no han hecho lo suficiente.

A mi modo de ver este tipo de personas, que si han querido hacer un esfuerzo, lo han hecho en una dirección posiblemente equivocada, basta con probar de hacerlo de otra manera, aunque ellos no han sabido ver cual. Lo han intentado “todo” sin los resultados obtenidos y ya no piensan que valga la pena seguir intentándolo.


Alerce: Los que no arriesgan por temor al fracaso. En el momento que se les plantea un reto prefieren dedicarse a otra cosa por miedo a no saber enfrentarse a ese reto y fracasar. Creen que no son lo suficientemente buenos como para enfrentarse y no se ven capaces de obtener un éxito en nada de lo que se propongan. Se menosprecian y se comparan con los demás, a quienes toman como referencia de éxitos. Por lo general, les viene de la infancia, de haber oído una y otra vez que no sirves para nada, que todo lo haces mal, que no haces nada bien.


Pino: Para los que sienten culpa por todo, incluso cuando algo les sale bien se sienten insatisfechos, porque creen que podían haberlo hecho mejor. Se sienten responsables incluso de los errores de los demás. Se autorreprochan y castigan a si mismos por no hacer mejor las cosas y se hacen responsables de los errores ajenos. Son personas muy escrupulosas y exigentes consigo mismos, por lo que trabajan en exceso causándose muchísima tensión emocional. Son personas que piensan que no merecen nada, puesto que no son perfectos.





Olmo: Sentimiento ocasional de insuficiencia. Para aquellos que haciendo bien su trabajo y siguiendo su vocación creen que algún día puedan hacer algo importante en pos de la humanidad.
Suelen estar en puestos de gran responsabilidad, suelen ser seguros de si mismos, de sus deseos y de poder realizarlos, pero si se sobrecargan o la responsabilidad es excesiva, decaen y entran en depresión. En esos momentos, sienten que están fallando y temen por las personas o proyectos que de ellos depende.


Castaño Dulce: Agotamiento total en el que la persona se abandona totalmente. Es la esencia para estados límite. Para esos momentos en que la angustia es tan grande que es insoportable... solo queda destrucción y aniquilamiento. Ya han llegado al límite de sus responsabilidades y acaba abandonándose, puesto que su agotamiento es total. Este es un estado puntual y es tan agudo que sobrepasa los límites de la resistencia humana. Existe la sensación de que uno se va a romper en cualquier momento.



Estrella de Belén: Para los que están muy deprimidos por una gran desdicha momentánea.
Suelen sentirse en un estado shock provocado por una gran desgracia: la muerte de un ser querido, un accidente, la noticia de una enfermedad terrible y por un tiempo se niegan a ser consolados.






Sauce: Para los que no aceptan los reveses de la vida sin quejas o resentimientos. Son personas que piensan que la vida les debe todo, y cuando no es así solo les queda afrontarla con amargura. Suelen responsabilizar a los demás de su mala suerte o de sus desgracias, y suelen pensar que su destino les juega la mala pasada de ser unos fracasados. Creen que la vida es injusta y que no merecen lo que están sufriendo y que todos los éxitos la salud o la fortuna están dándole la espalda. No son capaces de sentirse responsable de sus males, por lo que tampoco se conforman cuando las cosas mejoran.


Roble: Para los que luchan incesantemente por su bienestar. Probar de todo, aunque su caso sea desesperado. Están descontentos de si mismos en la enfermedad si esta les impide hacer lo que deberían estar haciendo. No pierden las esperanzas ni escatiman en esfuerzos: son los luchadores natos. Luchan hasta el punto de llegar a enfermar, contracturas de hombro, cuello y cervicales, fracturas, agotamiento, incluso infartos. No tienen tiempo ni ganas de escuchar a su propio cuerpo... hasta que éste les para por la fuerza.



Manzano Silvestre: Para aquellos que sienten que en su interior no está "muy limpio". Están obsesionados con la limpieza, dedicando su vida y su tiempo a esta intensísima necesidad. Esta obsesión suele guardar relación con la no aceptación de su propio cuerpo y cierta manía a la limpieza. Les puede causar repugnancia compartir el mismo plato o cubierto con alguien, o tener relaciones sexuales, puesto que temen "lo sucio que hay en ello".



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